He tenido muchas ganas de hacer entradas con más
regularidad. Sin embargo, también es persistente ese miedo a que “pase algo” y
pienso que tal vez sea mejor esperar a que “todo esté bien”. Pero conversando
con otras gestantes me doy cuenta que al parecer el compañero inevitable
durante el embarazo es el miedo.
Primero; el miedo estar embarazada. Porque es difícil,
porque los cambios son abrumadores y las emociones se disparan y a veces no
sabes ni qué hacer contigo misma.
Segundo; el miedo a que al feto le pase algo. Resulta que, en
los libros e información por lo general dan rangos por semana. Pero obviamente
una que es ansiosa, está esperando que
ese cambio ocurra en el día 1 de esa semana. Y por ejemplo, si se dice que una
empieza a detectar los movimientos del feto desde la semana 17 una está
esperando sentir los movimientos. Y si no los sientes te pasas todos los rollos
existentes en el universo. En mi caso, me dan contracciones. Y en todas las
consultas con mi ginecóloga y con la matrona me tienen que tranquilizar al
respecto y reiterarme la explicación de que mi utero está creciendo y que voy a
sentirlas durante todo el embarazo (y haciendo las salvedades para detectar
cuando sienta las que son peligrosas). Me da mucho miedo hacerme la eco de las
22 semanas y que a mi feto le falte algún órgano o tenga alguna inviabilidad
fetal, o alguna enfermedad muy grave.
Tercero; el miedo a estar sola. Me da mucho miedo que me
pase algo y estar sola y no tener a quién a quien pedirle ayuda. Y necesito
sentir que hay alguien cerca en caso de alguna emergencia. Porque además me
siento en un constante estado de alerta (obviamente que influye mucho mi
ansiedad)
La gestación es toda una travesía. Un viaje
constante, lleno de cambios físicos y emocionales. Y a veces siento que la
gente es poco comprensiva, poco solidaria con quienes estamos pasando por esta
etapa. Muchas veces las mismas mujeres que ya tienen hijes solo te meten más
miedo, en vez de ayudarte a quitar la angustia.
(Yo voy en la semana 21)